jueves, 11 de junio de 2015

DIANA.



Diana, protectora de la naturaleza y diosa delos bosques y de la caza, además era la diosa de la naturaleza, la fertilidad y el alumbramiento. Las mujeres que estaban embarazadas la invocaban para recibir su ayuda durante los dolores del parto, así como su protección para ellas y su descendencia. Diana era también la diosa de la curación.
Resultado de imagen de diana diosaGemela del dios Apolo, nació la primera en la isla de Delos, de la relación del dios Júpiter y Latona, y se cuenta que fue tal dolor el que sufrió, que Diana tomó la decisión de guardar siempre su virginidad y permanecer soltera al igual que su hermana Minerva. Ambas divinidades serían conocidas como las vírgenes blancas. El nombre de Diana significa "la que brilla" por lo que Júpiter convirtió a Diana en la personificación de la Luna paralelamente a su hermano que era la imagen del sol.
Frecuentemente alabada por su agilidad y belleza y sobre todo las dotes para la cacería. Era la caza su constante ocupación, obtuvo su arco y flechas de su padre Jupiter, además de una corte de sesenta Ninfas, llamadas Océanas u Oceánidas, y veinte llamadas Asias; estás ninfas debían guardar también los votos de celibato.
Diana no era precisamente una diosa benévola, siendo conocida por su carácter vengativo y cruel, no dudando en ningún momento en destruir a aquel que despertase su ira. Buen ejemplo de ello es su venganza contra Calisto, una de las ninfas de su corte que quedó embarazada faltando a sus votos, y transformada en oso para ser después desterrada. No tuvo mejor suerte el pobre Acteón, un pastor que tuvo la suerte o desgracia de ver a Diana desnuda mientras tomaba un baño. Como castigo la diosa lo transformó en venado (animal tótem de la diosa Diana) y luego mandó a sus perros a devorarlo.
Se la representaba bajo los rasgos de una cazadora joven, acompañada de un perro o de una cierva, como vestido un chitón dórico solo hasta las rodillas, cuyos pliegues se recogían por debajo del pecho. Junto con su arco y flechas a la espalda. Y la Luna creciente sobre su frente. El culto romano de Diana incluía a dos acompañantes, una de ellas era Egeria (ninfa acuática) y Virbio (el señor de los bosques).
Diana fue la patrona de las personas de clase baja, particularmente de los esclavos, que podían acudir a un templo consagrado a Diana para solicitar asilo y recibirlo, el más célebre de los templos que se erigieron a Diana fue el de Éfeso, donde la cazadora había asimilado a la diosa de la fecundidad asiática.
Paradójicamente, Eróstrato, que era un hombre oscuro, pero muy vano, por el necio afán de que hablasen de él y fuese nombrado en la historia, prendió fuego a aquel magnífico templo la misma noche en que nació Alejandro el Grande.
El culto a Diana se expandió por todas las regiones montañosas de Grecia como Arcadia, el territorio espartano, el monte Taigeto, Élide y Laconia entre otras. Su mayor templo se encontraba en Éfeso, donde la cazadora había asimilado a la diosa de la fecundidad asiática.
Las fiestas en su honor comienzan el 13 de agosto y son las llamadas Vertumnales. Por ser el día más caluroso del año se representa a la diosa con una antorcha en su mano derecha. En esta noche los festejos se realizan en un bosque. Las vestales portan el fuego sagrado y las ninfas bendicen las aguas. Las mujeres favorecidas por la diosa acuden adornadas con guirnaldas, y los devotos construyen un improvisado templo en el que dejan toda la noche sus lamparillas encendidas. Al día siguiente, 14 de Agosto, en el curso de los festivales de Diana está dedicado al joven Hipólito, hijo de la amazona Hipólita, devoto y compañero de caza de la diosa, pisoteado por sus propios caballos como castigo de Poseidón por rechazar reiteradamente el amor de las mujeres. Finalmente el 15 de Agosto finaliza el festival de la virgen Diana, hoy la juventud es purificada con el agua y se celebra un festín consistente en vino, cabrito, tortas humeadas sobre ramas de manzano repletas de fruta.



jueves, 9 de abril de 2015

MARCO VALERIO MARCIAL.




Poeta hispanorromano, uno de los más notables escritores de epigramas satíricos de la antigüedad. Sus versos ofrecen un retrato vivo y en ocasiones nada satisfactorio de la Roma imperial durante la segunda mitad del siglo I. 
Marcial nació en Bílbilis (Hispania) y alrededor del año 64 se fue a Roma en busca de fortuna. En esta ciudad llevó la vida de un hombre de letras itinerante y pobre. Entre sus amistades figuraban eminentes literatos y hombres de leyes, como Plinio el Joven, Juvenal y Quintiliano. Posteriormente se ganó el favor de los emperadores Tito y Domiciano, y fue nombrado miembro del orden ecuestre (una clase de ciudadanos con fortuna, al margen del orden senatorial). Su Liber spectaculorum, la obra más antigua de las que se conservan de este autor, celebra los actos de inauguración del Coliseo, presididos por Tito en el año 80. Tras una estancia de treinta y cinco años en Roma, Marcial regresó a Hispania en el año 98 y murió en su tierra natal.
 Antes de morir nos dejó su obra más destacada, los Epigramas (86-102)
. Estos abarcan doce volúmenes que incluyen los más de 1.500 poemas breves en los cuales se basa su fama. Los epigramas, como dice su definición, es una composición poética breve que expresa un solo pensamiento principal festivo o satírico de forma ingeniosa. De métrica y estrofa variable, atacan las debilidades universales, aunque en su mayoría están dirigidos a un individuo, real o imaginario, y marcados por una visión cínica de la naturaleza humana y un ingenioso y satírico giro de la frase. Unos lamentan la mezquindad de los patronos, otros piden préstamos o favores; los dirigidos al emperador Domiciano parecen artificiales e intencionadamente halagadores. Muchos reflejan la brillante vida romana, y en ellos se pone de manifiesto la admiración de Marcial por el heroísmo del pueblo romano en los días de la República, el afecto hacia los propios amigos y su amor por la vida campestre. La ironía de su obra sentó las bases del epigrama moderno.

M. Valerius Martialis,
Epigrammata 3.52
                      (A Tongiliano, que perdió su casa en un incendio)

Empta domus fuerat tibi, Tongiliane, ducentis:
Abstulit hanc nimium casus in urbe frequens.
Conlatum est deciens. Rogo, non potes ipse videri
Incendisse tuam, Tongiliane, domum?

Habías comprado, Tongiliano, una casa por doscientos mil:
un accidente demasiado freceunte en Roma se la llevó.
Se recogió diez veces más. Te pregunto: ¿no puede parecer,
Tongiliano, que has incendiado tú mismo tu propia casa?

Este es uno de los muchos epigramas de Marcial, en él se está dirigiendo a un individuo, Tongiliano. Este compro una casa pero desafortunadamente un incendio acabo con ella. Los incendios, uno de los accidentes más frecuentes en la Antigua Roma. Sin embargo Marcial acusa y sospecha que su amigo pudo quemar la casa intencionadamente, ya que tras el incendio de esta, Tongilano la vendió y obtuvo más dinero de lo que le había costado la casa en un principio.

martes, 20 de enero de 2015

Campamento Vindolanda.

Salve!
Tras incorporarnos de nuevo a clase después de unas merecidas vacaciones de navidad, nuestro magister, al que ya todos conocemos, nos volvió a sumergir en el maravilloso mundo romano. Esta vez se trata de un nuevo proyecto con el que estamos muy ilusionados. 
"Yo conozco mi herencia, ¿y tú? fue un evento ideado por AMUPROLAG y la SEEC, sección de Murcia, en 2012 para reclamar un lugar para la Cultura Clásica, el Griego las Humanidades en la LOMCE. Conseguido el objetivo, repetimos el evento." Así nos lo presentaba su página oficial.
Mi monumento asignado fue el Campamento de Vindolanda, al principio no sabía de su existencia pero tras buscar información acerca de él me levanto una gran curiosidad. Me parece un lugar maravilloso e interesante que todos deberíamos conocer por eso os acerco un poquito más a su historia.

El fuerte romano de Vindolanda se halla cerca de la población de Bardon Mills, al noreste de Inglaterra, en el condado de Northumberland.


El fuerte fue construido en torno al 85 d.C., tras la victoria de las legiones romanas. Guardaba la vital ruta este-oeste conocida como Stanegate. Se cree que, durante la construcción del Muro de Adriano, el  el propio emperador estuvo alojado en Vindolanda.  Tras la construcción del Muro de Adriano, el fuerte fue brevemente abandonado, siendo nuevamente ocupado, y reconstruido en piedra. A lo largo de su historia, el fuerte romano de Vindolanda estuvo protegido por diferentes unidades militares. Cada vez que una de estas unidades llegaba al fuerte, éste era reformado o reconstruido.
Se conservan principalmente vestigios del fuerte romano correspondientes al periodo en que fue construido en piedra, son visibles los restos de principia o cuartel general; del praetorium o residencia del comandante de la guarnición, algunos de los barracones de los soldados, las letrinas, restos de viviendas y las termas.

Lo interesante de esta construcción romana son los hallados  documentos escritos más antiguos de la historia de las Islas Británicas: las tabletas de Vindolanda. Se tratan de pequeñas piezas de madera que han sobrevivido al duro clima británico hasta nuestros días, utilizadas como correo por los romanos. Dichas cartas son el reflejo fiel de cómo debía ser la vida en la Britania romana y entre los miembros del ejército. No se trata de textos literarios, crónicas de importantes eventos históricos, o escrituras de personajes célebres. Al contrario, dichas cartas nos hablan de las actividades del ejército, como las guardias, quienes estaban de permiso, quienes en misión de exploración y quienes de baja por lesión o enfermedad. También nos detallan la logística del campamento, puesto que contienen inventarios de suministros, pedidos de material "a la central", u órdenes de reparación de armamento y fortificaciones.
Algunas, nos permiten adentrarnos en la vida social de la guarnición, donde las esposas de oficiales y de civiles intentaban llevar una vida normal y lo más importante de todo es que tanto los redactores de las cartas como los destinatarios son múltiples y variados. Esto se ha podido comprobar no sólo por el remitente y destinatario sino porque también se han podido reconocer casi tantas caligrafías (las cartas estaban escritas a mano) como cartas. Esto implica que el nivel de alfabetización en el ejército romano debía ser bastante alto. Obviamente no podemos generalizar al conjunto de la sociedad. Sin embargo, no deja de ser significativo que este grado de alfabetización se dé en un remoto campamento de frontera.
Aquí os muestro una de las tantas cartas que he podido encontrar:

Saludos de Claudia Severa a Lepidina.
En el 3er día antes de los Idus de Septiembre, hermana mía, para el día de celebración de mi cumpleaños, te hago llegar una cálida invitación para asegurarme de que vengas a vernos, y que hagas más agradable esta jornada con tu presencia. Saluda de mi parte a tu Cerial. Mi Aelio y mi hijo os envían sus saludos. Te esperaré, hermana.
Adios hermana mía, mi alma querida, a quien deseo prosperidad y salud.
A Sulpicia Lepidina, esposa de Cerial, de parte de Severa.
(Tab. Vindol. II 291)

Actualmente el Campamento de Vindolanda puede ser visitado al igual que su museo, donde están expuestas algunas de las cartas, además para favorecer la comprensión del fuerte, se han realizado  una serie de recreaciones de las estructuras defensivas del fuerte y del Muro de Adriano, en piedra y madera, así como de un templo y una casa romana.

Gracias al proyecto hemos averiguado que los romanos nos han dejado una maravillosa herencia, desde grandes acueductos, circos, teatros… a pequeños monumentos o aldeas repartidas por todo el mundo y que aún se siguen conservando mejor de lo que podíamos imaginar, pues estamos hablando de hace más de 1500 años desde su construcción.

Finalmente estoy casi segura de poder decir que, Yo conozco mi herencia, ¿y tú?.

domingo, 23 de noviembre de 2014

El juego de la letra delta.



Salve!

Esta vez volvemos a reunirnos en el Templo de Perséfone para hablar acerca de una nueva actividad que nuestro magistram Manuel ha querido que lleváramos acabo, intentando que aprendiéramos cultura latina de un modo especial, ¡¡jugando!!.

Nos propuso la idea de trabajar en qué empleaban los romanos su tiempo libre, estudiando y preparando una serie de juegos, la mitad se realizaría fuera del aula debido a que se necesitaría espacio, y la otra parte dentro del aula al ser juegos de mesa. Nosotros aceptamos encantados y rápidamente nos pusimos manos a la obra.

A mi compañero y a mí se nos asignó “ EL JUEGO DE LA LETRA DELTA”, divertido y de precisión. Consiste en dibujar en el suelo la letra delta mayúscula. Esta letra, similar a un triángulo, se divide en 10 secciones cada una de ellas numeradas del I al X. Las más amplias son las más cercanas a la base y, a medida que se avanza hacia el vértice se van haciendo más pequeñas. A cada jugador le corresponden 5 nueces y deberán lanzarlas desde una distancia convenida y hacerlas caer en las subdivisiones del triángulo. Las nueces que caen en las subdivisiones más pequeñas obtienen mayor puntuación. Una vez que el primer jugador ha tirado sus cinco nueces, no las retira, espera a que tiren los demás jugadores, de esta manera si una nuez desplaza a otra al jugador que se le ha desplazado su nuez se subirá o bajará la puntuación, según donde haya sido desplazada su nuez. Para darle un toque de modernidad y sobre todo para poder distinguir las nueces de cada jugador, cada grupo de cinco nueces la pintamos de una forma original.



 Aquí os dejo un pequeño vídeo de las jugadas de nuestros compañeros.


Todo salió tal como teníamos pensado y los demás compañeros se lo pasaron muy bien, solo tuvimos un pequeño inconveniente, el suelo del patio no sujetaba las nueces por lo que estas en muchas ocasiones salieron rodando en diversas direcciones, pero esto no fue un problema para que pudiéramos disfrutar y aprender.

También pude jugar a los juegos de los demás compañeros.  


 Fue una grata experiencia, aprendimos Latín fuera de las cuatro paredes del aula, sin ejercicios ni libros, riéndonos y compitiendo entre nosotros. Espero que pronto podamos repetir.

martes, 28 de octubre de 2014

CAPITVLVM SECVNDUM.

FAMILA ROMANA.


Si queremos caracterizar a la familia romana no debemos fijarnos en las semejanzas con una familia actual, sino en las diferencias que existen entre ambas.
 La familia romana la integraban no sólo las personas ligadas por vínculos de sangre, sino también todos aquellos que mantenían una relación de dependencia con el pater familias, es decir consideraban a los esclavos componentes de la familia. Una familia romana, por tanto, era mucho más amplia que una familia actual y podía estar formada por cientos de personas.
El pater familias era el hombre que no dependía de nadie y del que todos dependían. Era el dueño legal del hogar y de todos sus miembros, era el que trabajaba para sostener la casa y tomaba las armas en caso necesario para defenderla y por tanto era la pieza sobre la que giraba toda la familia. Es la máxima autoridad familiar gracias a la Patria Potestad que dispone, por la cual él es la ley dentro de la familia y todos los demás miembros deben obediencia a sus decisiones. Los romanos consideraban esta Patria Potestad algo sagrado. Esta otorgaba al pater familias la decisión de que un individuo permaneciera o formara parte de la familia, en el nacimiento de un hijo se consideraba más importante la acogida por parte del pater familias que el hecho de haber nacido. La esposa al igual que los demás componentes de la familia romana estaba supeditada a su marido, este podía castigarla incluso con la muerte en el caso de faltas graves (infidelidad). Tenía el poder para vender a sus hijos como esclavos; la ley romana decía, sin embargo, que si un hijo era vendido como un esclavo tres veces, dejaba de estar sujeto a la patria potestas. El páter familias tiene el poder de aprobar o rechazar matrimonios de sus hijos e hijas. Con los esclavos ocurría prácticamente lo mismo, sin embargo un esclavo podía convertirse  en un ciudadano libre, si era liberado por el  pater familias. En algunas ocasiones la relación entre los esclavos y el pater familias era tan buena que estos no se marchaban una vez obtenida la libertad al considerarse integrados en esa familia.
En una familia romana no es necesario ser hijo de sangre, se podían adoptar hijos que pasaban a formar parte de la familia legalmente, eso sí, siempre con la aceptación del pater familias.
 Sin embargo la composición de las familias de hoy en día es diferente, en la domus habitan, en general, los padres e hijos. La patria potestas la comparten ambos padres y los hijos y esposas tienen libertad absoluta. No poseemos esclavos en los que su vida dependa de nosotros ni tampoco se decide nuestra vida al nacer.
Por los textos que he leído y la información que he obtenido la familia romana puede parecerse hoy en día a una familia mafiosa.

Según el texto de Ovidio, Metamorfósis 9,669-684, Ligdo un hombre de la plebe con derecho a la ciudadanía, con cierto patrimonio y procedente del reino de Cnosos iba a ser padre y su ilusión por que fuera varón era inmensa, pues una mujer no podría darle el honor que  le daría un varón, ya que estas siempre estarían supeditadas a otras personas, en cambio un varón podría formar su familia ejerciendo la patria potestas.  Ligdo en el caso de que naciera niña podría ordenar su muerte, pues poseía la patria postestas al ser el pater familias, derecho que muy a mi pesar otorgaba gran importancia a los hombres, nadie ni si quiera unos padres pueden decidir sobre la vida de una persona y más aún si es hijo tuyo, en la actualidad no existen casos en los que se decida sobre la vida o la muerte en el nacimiento pero sí existe el derecho, en ciertas culturas, de tener bajo tu mandato a las mujeres y a los hijos/as.
Ligdo deseaba dos cosas a su mujer Teletusa, que diera a luz sin dolor y que fuera un varón. La esposa de Ligdo finalmente dio a luz a una niña, “Ligdo manteniendo firme su decisión de matar a la niña, la cogió y la pequeña le miró, en ese momento se produjo una conexión entre ambos que para Ligdo la decisión de matarla desapareció completamente de su mente”.

El texto de Horacio, Sátiras 1,6,65-78.89.93-96, nos presenta a Horacio, un joven educado, respetuoso, honrado, a quien no se le puede acusar por ser avaro, mezquino o de ir de burles, con una vida pura e inocente y de quien tiene por ejemplo y a quién acusa de implantarle estos valores a su padre.  Yo también puedo decir que gracias a mis padres sois como soy, y poseo la mejor educación, honesta, respetuosa, educada, así me han enseñado a ser. La escuela de Flavio a la que el padre de Horacio no quiso llevarle, asistían niños de buena posición económica con “cartera y tablilla bajo el brazo izquierdo” como dice Horacio. Las tablillas eran los cuadernos que se utilizaban para escribir, recubiertas de cera sirvieron en Grecia y Roma sobre todo para fines literarios (como borradores). Las había de una sola hoja y con un asa para colgarlas, pero generalmente eran dos (dúplex o díptico), tres (codex triplex o tríptico), cinco o incluso más. La ventaja de poder borrarse explicaría su uso tan frecuente. De esta época se han encontrado varias como las descubiertas en las minas de oro de Alburnus Maior Vicus Pirustarum, en Transilvania o en la casa del banquero Lucius Caecilius Lucundus en Pompeya.

El padre de Horacio prefirió llevarle a Roma para que emprendiera carrera como senador o cualquier ámbito político, para que aprendiera como era la vida en una gran ciudad y de ahí sacara su propia enseñanza. Horacio se siente orgulloso de sus padres y no tiene queja absoluta de ellos. Si Natura ordenara a partir de un número de años rehacer el camino del tiempo vivido quizás en muchas ocasiones me hubiera planteado otras alternativas y no hacer lo primero que se me viniera a la mente, pero en ningún momento culpo de ello a mis padres, porque a ellos no los cambiaría jamás.